Dormimos cerca de un tercio de nuestras
vidas. Dormir es una función vital para el organismo, como la
respiración, la digestión o la inmunidad. Cuando dormimos bien, nos
despertamos sintiéndonos renovados y alertas para nuestras actividades
diarias. Los estudios sobre la privación del sueño demuestran que tanto
la cantidad como la calidad del sueño influyen en nuestra apariencia,
nuestros sentimientos y el desempeño cotidiano y pueden tener un gran
impacto en nuestra calidad de vida.
Si
el sueño es corto, el cuerpo no tiene tiempo para completar todas las
fases necesarias para la reparación muscular, la consolidación de la
memoria y la liberación de hormonas que regulan el crecimiento y el
apetito. Entonces nos despertamos menos preparados para concentrarnos,
tomar decisiones o participar de las actividades diarias.
La estructura del sueño en una noche típica
A
lo largo de una noche estándar, tenemos 3 a 5 ciclos de 90 minutos de
alternancia de sueño REM (movimiento ocular rápido) y NREM o no REM
(movimiento no rápido).
Las primeras 4
etapas son de sueño NREM, siendo la 3 y la 4 el sueño más profundo y
reparador, caracterizadas por una caída de la presión sanguínea,
disminución de la frecuencia respiratoria, relajación muscular, aumento
del suministro de sangre a los músculos, crecimiento y reparación de
tejidos y recarga de energía. La etapa 5 es el sueño REM, o paradójico,
donde la persona todavía no se despierta con facilidad, su cuerpo se
vuelve inmóvil y relajado, los músculos se apagan, mientras que los ojos
se mueven.
Principales trastornos del sueño y tratamientos
Un
trastorno del sueño es una condición médica en la que los patrones del
sueño están alterados. Puede tener un impacto negativo en el equilibrio
emocional, la energía, la productividad y la salud de la persona.
Los
trastornos se clasifican en disomnias, parasomnias, trastornos del
ritmo circadiano del sueño y otros trastornos, incluyendo los causados
por condiciones médicas o psicológicas y la enfermedad del sueño. La
apnea del sueño, la narcolepsia y la hipersomnia y la cataplejía son
ejemplos de disomnias mientras que las parasomnias se caracterizan por
comportamientos anormales y antinaturales como el sonambulismo, los
terrores nocturnos, el bruxismo y la enuresis.
Los
tratamientos para los trastornos del sueño incluyen enfoques
conductuales, psicoterapéuticos y farmacológicos, que pueden combinarse.
Sin embargo, a menudo, son insuficientes para algunos pacientes.
Modulación genética para restaurar la buena calidad del sueño
Aunque
los problemas del sueño representan una carga considerable para la
salud, están sub-reportados y mal tratados, y casi la mitad de las
personas afectadas no toman ninguna medida para resolverlos.
En
este sentido, la micronutrición combinatoria ofrece un nuevo enfoque
para mantener o restaurar una buena calidad de los patrones de sueño, a
través de una profunda modulación a nivel de los genes. Nutrigen-S es la
primera combinación de micronutrientes naturales en bajas dosis que ha
demostrado clínicamente disminuir un 42% los signos y síntomas de los
trastornos del sueño tras 4 semanas de ingesta. Las grabaciones de EEG
muestran que Nutrigen-S ayuda a aumentar la duración del sueño profundo y
por lo tanto, aumenta la calidad del sueño y la vitalidad general
diurna posterior.
Fragmento extraído de www.actigenomics.com
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