Una obra de Alejandro Katz, Alejo Moguillansky y Martín Bauer
En conmemoración de la recuperación de la democracia en 1983 esta muestra presenta la trayectoria de 35 personas nacidas hace 35 años.
Es una producción de UNTREF realizada con el apoyo de Sistema de Medios y Contenidos Públicos y Goethe-Institut, Institut Français d’Argentine, Embajada de Francia, Alianza francesa, diálogo franco-argentino, Ministerio de Cultura, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
► Inauguración
Miércoles 5 de diciembre 13 hs.
Miércoles 5 de diciembre 13 hs.
MUNTREF – Centro de Arte Contemporáneo
Av. Antártida Argentina (entre Dirección Nacional de Migraciones y Buquebus)
Entrada por Apostadero Naval, Puerto Madero.
Av. Antártida Argentina (entre Dirección Nacional de Migraciones y Buquebus)
Entrada por Apostadero Naval, Puerto Madero.
Entrada gratuita
Si hasta 1983 la idea de ciudadanía en nuestro país estaba fundamentalmente asociada con la nacionalidad, a partir de entonces el vínculo fundamental se estableció entre ciudadanía y democracia: ser ciudadano significó ejercer plenamente los derechos cívicos, pero también los derechos sociales, económicos y culturales que se esperaba que la democracia proveyera.
Al cumplirse 35 años, el ánimo conmemorativo estimula el deseo de decir, de producir discursos sobre la democracia. Nuestra idea fue, por el contrario, la de dejar hablar, construir la escena en la cual la democracia es la que habla a través de las trayectorias de 35 personas nacidas hace 35 años, en 1983. Así, la instalación es a la vez un fresco y una obra coral, una puesta en escena de la multitud y del individuo.
Arbitraria, 35 x 35. Una instalación democrática no aspira a reflejar la diversidad de historias que nuestra democracia hizo posibles, pero sí a expresar la idea misma de diversidad y, preferentemente, la que se hace presente en los márgenes: del territorio, de la sociedad, de la ideología. Una muestra, si se quiere, que resulte de algún modo disonante, ruidosa, incómoda, a contramano de la estética de lo logrado, y que exprese así el modo profundamente desigual en que en los 35 años transcurridos la democracia distribuyó los bienes materiales y simbólicos.
Aquella incomodidad no debe ocultar, sin embargo, un fondo de ternura, de gratitud incluso, ante esta leve condición democrática que habitamos hoy, hecha de tironeos y de jirones, pero que, a pesar de todo, es mucho más que la pura ausencia de una dictadura.
Alejandro Katz, diciembre de 2018
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