MADERNA
EL HOMBRE QUE SE
TRANSFORMABA DEMASIADO
Un mundo de mutaciones fantásticas producidas en
un entorno familiar y cotidiano. La potencia del
cambio como generador de metáforas de una
realidad que a cada instante está
reformulándose.
La obra es una
adaptación escénico-musical del director teatral
Luis Rivera López sobre un cuento de
Alejandro Dolina. La música original y la
dirección musical es de Ana Kantemiroff.
Una propuesta que fusiona las capacidades
narrativas del teatro y un campo musical de alta
elaboración, ensamblando los recursos de ambas
técnicas.
Un sexteto se acerca a la música popular con una
estructura vocal clásica pasando por distintos
géneros musicales, con la voz humana como único
instrumento musical. Seis personajes narran
diversos momentos de la vida de Maderna. El
canto como lenguaje por excelencia ejecuta
melodías
con base en
lo
popular
(tango,
rap,
rag, etc.).
Al igual que el
protagonista,
el relato
va
transformando su color,
pasando por tonos festivos de humor desatado,
los sutiles
tornasoles
de
la
melancolía y la
fuerza
contrastante
de
la
pasión.
La música y los recursos escénicos están al
servicio de encontrar a nuestro protagonista
“inhallable”. Experto en el magnífico arte de la
transmutación, el doctor Maderna es el
heredero de todas las angustias
existenciales, luchas sociales, amores
incondicionales y también de la aparición
insólita y desesperante del amor descontrolado.
Parte del elenco integra los grupos musicales
“Bien volando” y “So abra”. Por lo tanto poseen
una dinámica de trabajo aceitada y funcional que
se complementa con gran efectividad y solidez.
Rivera López
cuenta con una amplia trayectoria como actor,
director de teatro y dramaturgo. Está al frente
“Libertablas”, una reconocida cooperativa
teatral independiente. Kantemiroff es
directora coral, compositora musical y
dramaturga.
Funciones:
sábados a las 21hs.
Duración:
60 minutos
La Ranchería:
México 1152 (Montserrat)
Informes:
4382 5862
Entradas:
$90. Estudiantes y jubilados: $50
Reserva y compra de localidades habilitadas
mediante
http://www.alternativateatral. com.ar/
+info:
http://teatrolarancheria.org/
y en facebook : ¿Dónde está Ramón Maderna?
Sinopsis
Es una adaptación a teatro musical del cuento
Maderna, el hombre que se transformaba
demasiado, de Alejandro Dolina.
En el plano espectacular, Maderna recorre con
sentido del humor el mundo del protagonista y
sus transformaciones. Se trata de una visión
absurda y humorística de quien en la búsqueda de
su identidad, asume todo tipo de formas, incluso
la de un recto jefe de familia, con esposa e
hijos y finalmente culmina sus días transformado
en un jarrón y perdido en una casa de compra
venta. La tensión de la trama, mientras se
cuenta la increíble historia, está sostenida por
la búsqueda desesperada de Maderna.
Ficha artístico técnica
Elenco:
Nicolás Álvarez; Joaquín Coscarelli;
Julieta Furszpan; Lucía Pinto; Tomás
Viano Kantemiroff; y Valentina Villela
Música original:
Ana Kantemiroff
Producción:
Daniela Daverio
Dirección musical:
Ana Kantemiroff
Música original y arreglos:
Ana Kantemiroff
Dirección Teatral:
Luis Rivera López
Prensa:
Simkin & Franco
Sobre la obra
Propone la realización del teatro musical con
una estructura polifónica sin la utilización de
instrumentos, contando una historia. Es un
sexteto que se acerca a la música popular con
una estructura vocal clásica pasando por
distintos géneros musicales. No es ópera ni es
comedia musical. Plantea una investigación sobre
las capacidades narrativas del teatro y la
música, ensamblando los recursos de ambas
técnicas. El refinamiento técnico de la
afinación y la confección de complejos e
inspirados arreglos es parte de un experimento
que apunta muy alto en cuanto a la calidad de
cada elemento a utilizar, y que pretende llegar
a un producto artístico de gran perfección,
dinamismo y potencia de comunicación.
Palabras del director
“La transmutación de la materia se inscribe sin
duda entre las grandes epopeyas fantásticas del
ingenio humano. La alquimia del surgimiento de
algo nuevo partiendo de lo usual y reconocido
es, de alguna manera, la síntesis del sueño de
la transmisión, de la proyección en el otro,
recortando la sombra de uno mismo.
Desde
la
metamorfosis Kafkiana hasta el
mito
moderno
del
Camaleón, que de mimetizarse con su
entorno pasa a poder copiar cualquier
apariencia,
desarrollado
en
cientos
de
relatos
de
ciencia
ficción,
asistimos a la potencia del cambio
como generador de metáforas de una
realidad
que a cada instante está
reformulándose
a la manera de Heráclito.
Con
el pequeño
cuento
del
capítulo
llamado justamente
“transformaciones”
de
“Crónicas del
ángel
gris”,
Dolina
nos
brindó
la
oportunidad
de
sumergirnos,
ahora
desde una
poética
del
absurdo,
en
el
mundo
de
las
conversiones
y mutaciones
fantásticas,
producidas
en
un
entorno
familiar
y
cotidiano.
Lo
normal
de
lo
increíble
campea
en
el
texto,
matizado
por un
humor
irónico
y
llevadero
que
culmina
en la
emoción
de
lo
simple.
Para erigir el hecho escénico, elegimos un
camino nuevo pero
de una esencia antigua y perenne:
la fusión (aunque parece
una paradoja hablar
de
fusión
cuando
ambos
elementos
son
por
definición uno parte del otro)
entre
un campo musical de alta elaboración y una propuesta
claramente teatral y escénica.
Desde la ópera, pasando por el nacimiento mismo
del teatro,
en las voces
de
los
oficiantes
griegos cuyo “recitado”
era
seguramente
(hoy
nadie puede ufanarse de haberlos
escuchado) altamente musical, el producto
teatral de una carrera
cabeza a cabeza entre
la música (especialmente la música vocal, salida
de la carne del “actor”) y el teatro, resulta en una verdadera
fiesta del lenguaje escénico, con una explosión de sensaciones y fuerzas
estéticas dirigidas hacia la percepción
del espectador,
portadoras indudablemente de esa forma de
comunicación humana que es punto de partida y de
llegada del teatro.
En este caso, un grupo vocal de seis
integrantes, con un elaboradísimo trabajo de
integración musical, tiene en sus manos (o en sus gargantas)
la ejecución de
eximios
arreglos
como
único
elemento
sonoro que habita el
escenario. El canto se entreteje
para erigirse como el lenguaje por excelencia, y ejecuta melodías con
base
en
lo
popular
(tango,
rap,
rag, etc.)
y
con
un
único
objeto:
el
relato, que como
el
protagonista, va transformando su
color,
pasando por tonos festivos de humor desatado,
los sutiles
tornasoles
de
la
melancolía y la
fuerza
contrastante
de
la
pasión.
Al lenguaje escénico-musical, se suma la propuesta eminentemente teatral: actores que cantan, cantores
que actúan, y que hacen de su unión vocal una verdadera comunicación cómico dramática.
Como parte inseparable de un lenguaje teatral
completo, crecerán el lenguaje de las sombras,
algunos objetos animados y vívidas situaciones
actorales que resolverán en la armonía
metafórica que deberá combinar de manera
perfectamente amalgamada la historia absurda y
delirante, la belleza de las formas y la
sugerencia de la poesía.
Como es evidente, la parte vocal requiere de una
sofisticación que excede los tiempos normales de
trabajo de una producción teatral. Es por eso
que el grupo viene ensayando ese elemento
específico desde hace muchos meses, apuntando a
un estreno definitivo a comienzos de 2014. Algo
de este resultado de altísima calidad se aprecia
en el cd que se adjunta. Pero ello no debe
llevar a la confusión de que se trata de un
proyecto eminentemente musical.
Tanto la música, como los arreglos, así como
también todas las posibilidades y recursos
escénicos, están al servicio de encontrar a
nuestro protagonista “inhallable”: el doctor
Maderna, experto en el magnífico arte de la
transmutación. Y, como tal, heredero de todas
las angustias existenciales, luchas sociales,
amores incondicionales y también de la aparición
insólita y desesperante del amor descontrolado.
A pesar de la profusión de elementos
congruentes, es un espectáculo de cámara ideal
para esta sala intermedia, que permite apreciar
los detalles, oír las respiraciones y disfrutar
del cuento, con la alegría y deliciosa
sensibilidad de una reunión de amigos.
Luis Rivera López
Director teatral
La Dramaturgia
Escrita por Luis Rivera López, la adaptación de
este absurdo a teatro musical está realizada en
base a temas cantados por un sexteto que
alternan diversos solistas. Son seis personajes
de la vida del protagonista: un amigo de la
infancia, la esposa, la hija, el mozo del
boliche al que es asiduo concurrente, el policía
que participa en su búsqueda y una florista que
interviene en el desenlace de la trama. Cada uno
asume la narración de diversos momentos en la
vida del protagonista. La unidad dramática y
temática se funde, en este caso con un formato
de cantata musical para conformar una fusión de
lenguajes, que potencie la metáfora planteada.
Visión artística de la puesta en escena
El espectáculo es interpretado por 6 cantantes
actores que ejecutan canciones a 4 voces. El
objetivo del presente proyecto es investigar en
la relación entre el trabajo vocal y el teatro,
el lenguaje musical con el lenguaje dramático y
las posibilidades comunicativas que tiene una
pieza musical insertada adentro de un encuadre
teatral, utilizando la voz con todos sus
recursos.
La puesta en escena
Partiendo de una estructura coral, los seis
actores escenifican todas las situaciones e
interpretan con sus voces toda la música
original -compuesta y arreglada por Ana
Kantemiroff- en vivo y compartiendo el instante
con la situación teatral planteada. Un vestuario
tan poco realista como el planteo argumental
corona un planteo escenográfico muy ascético y
con el uso de diversos objetos, títeres y
paneles móviles en los que ejecutar
ocultamientos y sombras.
En cambio, el registro actoral es realista, con
la clara excepción del hecho de que están
cantando el 80% del tiempo. Se buscan
actuaciones contrastantes unas de otras, en
función de la “identidad” de cada uno de los
personajes. La “naturalidad” del lenguaje
cantado es similar al de ciertas “óperas”
actuales donde todo funciona como en una puesta
tradicional a excepción del pequeño detalle de
que la voz emitida por los actores posee una
partitura y una conformación musical.
Independientemente de ello, los actores ejecutan
las situaciones planteadas por el texto a la
manera de “racontos” basados en una situación
presente muy semejante a la real: Todos están
reunidos, público incluido, para evocar a Ramón
Maderna.
Arreglos vocales
Las canciones son composiciones polifónicas a
cuatro voces con una línea melódica principal
que cuenta la historia; y voces que imitan en
algunos de los temas instrumentos percusivos o
sonoridades instrumentales. La voz humana es el
único instrumento musical usado, y es explotado
en toda su amplitud y sonoridad posible.
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