viernes, 1 de mayo de 2015

n Señor conductor con mayusculas



(esta es la transcripción de una carta escrita por una pasajera: Vilma Mega)

Lo primero que llamó mi atención fue que le dijo a una pasajera:”Señora, tiene que bajarse en esta esquina, cruzar en diagonal y allá, ve… en ese refugio, tome el 440 de cartel verde …espere, no se apure que la acerco al cordón!” Lo miré como si fuera un extraterrestre, porque realmente no es muy común que digamos, ver a
Un colectivero ser lo que se dice “amable” con los pasajeros.
A las pocas cuadras subió una señora: “Buen día María! ¿Cómo andamos hoy?”
La mujer le sonrió y le dijo: “Muy bien, Mario, gracias ¿Y usted?. La señora se
sentó a mi lado “seguramente son vecinos”, pensé.
En ese momento subió un señor y se repitió el hecho. “Esto es demasiada casualidad”, me dije. Entonces para sacarme la duda, le pregunté a la señora que
estaba sentada a mi lado si lo conocía y me contestó: “A Mario lo conocen todos,
es la persona más buena del mundo… siempre tiene una sonrisa en los labios y
está atento a todo lo que pasa adentro del colectivo.  Una vez una mujer subió con
mucha dificultad, él se levantó a ayudarla… la mujer mostraba evidencia de que
iba a dar a luz en forma inmediata, entonces Mario, sin preguntarnos nada a nin-
guno de los pasajeros, cerró la puerta y no paró hasta la puerta del Hospital.
Una vez que la mujer fue recibida por los médicos, él, con una sonrisa en los labios
y lágrimas en los ojos nos dijo:”Bueno, ahora díganme dónde tenían que bajar así
rehago el recorrido”. Y como esa hay muchas más buenas acciones de Mario, por eso todos los conocemos”.
Deberían hacerle una nota a este hombre, me dije, porque generalmente se desta-
can las cosas malas que suceden, parecería ser que hacer las cosas mal tiene
premio. Decidí que por lo menos iba a intentarlo, entonces me acerqué al asiento
del conductor y le pregunté ¿Me daría sus datos? “¿Para qué?”, me dijo. Porque
me gustaría que se supiera lo que usted hace. “¿Usted es periodista?”, me pregun-
tó. No, soy actriz… pero conozco muchos buenos periodistas que estarían
interesados en hacerle una nota, así que dígame…”La línea es la 365, interno 35,
de la compañía LISA”. Eso está a la vista, le dije, pero me falta saber su nombre
completo. “Mi nombre es Mario Raúl Romanovich, y aunque usted no lo crea
soy descediente del príncipe ruso”. Por su puesto que le creo Señor Conductor,
porque evidentemente para tener la Nobleza que usted tiene, lo tiene que llevar
en la sangre.
Supongo que ya se habrán dado cuenta cuál es la diferencia entre  colectivero y
Señor Conductor. Creo que hay muchos Marios en la vida… pero creo también
que deberían conocerse más las buenas cosas que hacen.

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