jueves, 17 de diciembre de 2015

Las celebraciones y la importancia de los regalos

 
Las situaciones positivas de la vida están asociadas a respuestas emocionales tales como la alegría, la ternura, el erotismo. Estas respuestas nos ayudan a sentirnos vitales, a disfrutar la vida y están vinculadas al concepto de vivir. En la vida hay más situaciones positivas que negativas, por lo cual, estas respuestas generan un proceso de habituación. Por eso es importante a través de los rituales de celebración (cuándo hay un nacimiento, cuando hay un pasaje de un ciclo al otro, cuando hay uniones, etc.) dar una marcación sobre estos hechos y sobre las emociones positivas asociadas. 

Los seres humanos necesitamos y deseamos no tan solo Sobrevivir, sino también Vivir. Como especie progresamos y avanzamos en un marco cultural también asociado a rituales y que van marcando la conformación social. Y ahí circulan objetos, asociados a símbolos, como son los regalos. Por ejemplo cuándo un niño nace, ya sea en Nueva York o en una tribu en África, la familia, amigos, la comunidad le hace regalos, le dan un nombre, se lo incluye dentro de un grupo de pertenencia. Los regalos entonces, están asociados a Registrar a esa persona. A darle entidad dentro del grupo humano. Culturalmente esto se lleva a cabo dentro de una celebración. Culturalmente, registramos a quién estamos celebrando. En la historia de ese niño, estamos celebrando que está siendo registrado y esto define una impronta para el niño.  En esa celebración circula comida, brindis, regalos... Una cantidad de elementos positivos, nutricios, asociados a emociones como la alegría, a la vida, al "para adelante".

La importancia de los regalos se hace extensivo a los adultos. A veces por motivos vinculados a lo económico se define que los regalos van a ser hechos a los niños solamente y perdemos de vista que también tiene un efecto importante sobre los adultos. Toda persona valora que el que otro ser allegado lo haya registrado y como los registros tienen que ver con la circulación no solo de los gestos, los actos y los hechos sino también de los símbolos, los regalos adquieren esa importancia porque son símbolos. Regalarle algo pensado a una persona, independientemente del valor económico, refiere que pensé en ella en particular cuándo compré su regalo. Asimismo cuándo el regalo no está vinculado de manera personal a quién se lo dé (no tiene en cuenta sus gustos, su estilo, sus características) hasta puede caer mal.  "No pensó en mí".  

Regalarle al adulto algo que significa que se pensó en él, el dar un regalo, en el plano simbólico del objeto, hace a la circulación del concepto de Mente Extendida. Se refiere a que en mi mente, a través de este objeto, a esa persona la tengo presente. Quiere decir que esa persona es parte de mi mente y de mi realidad. Y le doy ese objeto, porque no importa dónde yo estaba, a esa persona la pensé y le regalé algo en particular. Es parte de mi mente. 

Desde el Instituto Sincronía entendemos refiriéndonos al concepto de Mente Extendida, que el adentro y el afuera están en permanente intercambio. Lo que hago circular y cómo lo hago circular, muestra el vínculo que tengo con la otra persona. Se trata de vincularnos no solamente desde la urgencia o la adversidad, sino del darnos el tiempo (externo e interno), la energía, la disponibilidad de sentirnos más cerca, de tenernos presentes y de sentir y hacer sentir lo verdaderamente importante que es el otro para nosotros.


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