Está comenzando un nuevo año;
el anterior ciclo, que nos ha deparado muchas vicisitudes y obstáculos, se ha
terminado, y otro nuevo comienza. Los ciclos nos marcan un ritmo y
generalmente, vienen con exigencias, alegrías, descubrimientos, desafíos y
comienzan con los temas que quedaron pendientes. En cada etapa se abren
interrogantes, aparecen ansiedades y se anidan esperanzas. Todos sabemos que
lograr lo que nos proponemos no es una tarea que se puede hacer sin el otro.
Estos otros participan de manera activa, y a veces en forma determinante. Son
los familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo; con ellos convivimos y
con ellos abrimos el nuevo ciclo que comienza.
Todos los comienzos son
momentos especiales porque inauguran una etapa nueva en la que es inevitable
poner en la balanza lo que se ha logrado y lo que no. Es a través de esta
evaluación que nos damos cuenta si estamos en el camino correcto para lograr
nuestros objetivos. ¿Se cumplieron aquellos deseos que nos propusimos el año
anterior? ¿Podemos reprogramar aquellos que nos quedaron pendientes para el
próximo ciclo?
Es frecuente que las personas
se pongan metas que se expresan diciendo: “Este año que voy a mudarme,
casarme, hacer un viaje, tener un bebé, cambiar el trabajo, hacer un postgrado,
ir al gimnasio o simplemente tener más tiempo libre.” Es en estos
momentos donde también pensamos en lo que esperamos de los demás. Por ejemplo:
que mi pareja se comprometa más con la relación, que mi hijo estudie con más
dedicación, que mis compañeros de trabajo cumplan con sus tareas, y que el
mundo este en paz y armonía.
¿En qué estamos pensando
cuando pronunciamos estas últimas palabras? ¿Cómo hacer para que estos deseos
se cumplan y no queden sólo en enunciados? Lo más importante es saber que
el deseo sólo nos marca la meta, después la tarea consiste en comprometerse y
trabajar para lograrlo. Sabemos que la realidad es compleja y que nuestra
situación depende de factores que no podemos manejar. Por eso no es fácil
persistir en el camino y seguir adelante a pesar de los obstáculos que se
puedan presentar.
Por otro lado es en esta
época del año cuando muchas personas se toman vacaciones. Sabemos que son muy
importantes pues es una gran oportunidad para salir de la rutina y liberarnos
de alguna manera de los compromisos que nos mantienen atados al reloj y al uso
excesivo de la tecnología. Es un momento para “soltar” y que ese
soltar sea lo suficientemente reparador como para comenzar las obligaciones con
nuevas energías.
Por eso es imprescindible
pensar en cómo vamos a vivir el merecido descanso. En lo posible debemos dejar
todo listo en nuestro lugar de trabajo o de estudio o debidamente delegado en
personas de nuestra confianza para poder estar menos pendientes del celular o
de la computadora. Todo aquello que queda pendiente y sin resolver nos genera
estrés, ansiedad y preocupaciones que nos impiden disfrutar de nuestro tiempo
libre.
Por supuesto existen muchas
personas que realizan actividades en que la desconexión y el
“soltar” tienen límites porque a pesar de saber que esto es lo
ideal, la realidad que siempre tiene reglas propias no nos permite cumplirlo en
la forma que queremos.
¿Qué debemos hacer entonces
para poder disfrutar lo más posible de nuestras vacaciones? Es aconsejable no
hacer una planificación muy estricta de todo lo que haremos en las vacaciones
porque es necesario que vivamos de manera diferente a cómo lo hacemos durante
el año.
Probar cosas distintas,
conocer personas nuevas y dejarnos llevar por nuestras necesidades e
inquietudes momento a momento pueden hacer que nos desconectemos absolutamente
del trabajo. Si es necesario debemos tener la flexibilidad suficiente como para
cambiar de planes y probar opciones alternativas o simplemente dejarnos llevar
por las sorpresas que vayan surgiendo.
A muchas personas les resulta
muy difícil aprender a disfrutar del ocio que es el tiempo que destinamos a actividades
recreativas, no obligatorias. Leer un libro, caminar por la playa, bañarse en
el mar, jugar a la pelota, tomar sol recostado en una reposera, dormir sin que
el despertador nos despierte son actividades que uno puede hacer durante las
vacaciones sin sentir que se está perdiendo el tiempo.
Volver de las vacaciones
Durante
las vacaciones el ritmo de vida sufre un cambio significativo. En general nos
acostamos más tarde y lo mismo ocurre con la hora de levantarnos. Hay un
desorden total en nuestros hábitos y nuestra rutina. La alimentación varía como
así también nuestra actividad social.
La
vuelta a la vida de todos los días significa un cambio brusco para nuestro
organismo. Si a esto le agregamos la falta de motivación en el trabajo o en las
actividades que se deben emprender al regreso, la vivencia subjetiva puede ser
muy negativa.
Por
eso es aconsejable, siempre que nuestro trabajo o estudio nos lo permita:
-
Dividir el tiempo de las vacaciones.
Es preferible salir de vacaciones dos veces de 15 días en lugar de una vez de
30 días.
-
Volver unos días antes para tener
tiempo de readaptarse a los nuevos hábitos de siempre, como acostarse
temprano.
-
Planear escapadas durante el año, no
sólo durante el verano.
Si
a la vuelta de las vacaciones nos encontramos con trabajo acumulado durante el
tiempo de descanso es recomendable ordenar la agenda priorizando las tareas más
urgentes dejando en segundo lugar aquellas que pueden postergarse sin provocar
inconvenientes.
¿Cómo
se puede ayudar a nuestros hijos a volver de las vacaciones sin que ésta
situación los afecte? Muchos niños presentan síntomas como insomnio, dolores de
estómago e irritabilidad. Esto puede deberse al los cambios de hábitos y
rutinas que ocurren durante las vacaciones.
Para
prevenir la aparición de éstos síntomas los padres deben ayudar a sus hijos a
recuperar la rutina antes de empezar las clases. Es importante regular los
horarios de acostarse y de levantarse. Hacer un repaso de los conceptos básicos
aprendidos el año anterior. Preparar los útiles y el uniforme para comenzar las
clases. Volver a aquellas rutinas necesarias para que el niño pueda sentirse
seguro en afrontar los nuevos desafíos de su vida.
Un
clima amoroso dónde las necesidades físicas y psicológicas del niño sean
tenidas en cuenta es siempre el mejor remedio para prevenir la aparición de
cualquier patología.
La
ansiedad y el estrés en el comienzo del nuevo año
Comenzar
un nuevo ciclo y tomarse vacaciones son cambios que pueden traer ansiedad y estrés
(recordemos que los cambios positivos también lo provocan). Aunque estamos
acostumbrados a escuchar estas dos palabras y a asociarlas con algo negativo,
ambas son necesarias para transitar estos momentos. El estrés por ejemplo,
dinamiza la actividad del individuo provocando un incremento en los recursos
como la atención, la memoria y el rendimiento. Solo cuando es muy severo y dura
mucho tiempo los recursos se agotan y aparece el cansancio. También puede
producir disfunciones psicofisiológicas y psicosomáticas como dolores de
cabeza, problemas digestivos y problemas sexuales.
La
ansiedad también produce activación fisiológica pero mientras el estrés es un
proceso más amplio de adaptación al medio, la ansiedad es una reacción
emocional ante una amenaza. Todos los cambios producen un incremento de la
ansiedad. En niveles normales sirve para anticipar y planificar posibles
soluciones frente a eventuales problemas pero cuando es excesiva produce
síntomas.
Conclusión
El
principio del ciclo anual trae consigo muchas situaciones que pueden producir
ansiedad y estrés. Si sabemos que esto va a ocurrir es importante anticipar y
planificar en forma realista aquello tenemos que enfrentar. Si no regulamos
adecuadamente todo lo que tenemos que llevar a cabo, nuestro sistema puede
verse afectado en forma negativa. Pero si conscientemente anticipamos y
planificamos éste ciclo, con la flexibilidad suficiente como para realizar los
cambios que sean necesarios cada vez que la realidad nos enfrente con problemas
que nos toman por sorpresa, podremos comenzar el año y disfrutar de las
vacaciones cumpliendo con los deseos de felicidad que nos propusimos al
levantar las copas y brindar por el año que acaba de comenzar.
Lic.
Patricia Gubbay de Hanono
Directora de Hémera
Directora de Hémera
Centro
de estudios del estrés y la ansiedad
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