Comer siete almendras entre las comidas fuertes es saludable y reduce el apetito
En la temporada de fijar objetivos, bajar de peso y ponerse saludable son de las más elegidas. Cumplirlas puede parecer algo complicado cuando se ponen manos a la obra, pero en verdad es más sencillo de lo que parece.
Existe una industria alrededor del adelgazamiento: hay dietas de moda y ejercicios tendenciosos. Pero perder peso es más simple que eso. Lo que sigue es una guía a prueba de tontos sobre cómo perder peso. No requiere agonizar, comprar libros ni gastar dinero. Si se siguen estos tres simples pasos, perder peso está garantizado.
Estar hambriento
El primer paso es tener hambre. Si uno no está con apetito, no debería comer. Y, cuando este surge, hay que ingerir comida. Así de simple. Lo siguiente es no alimentarse hasta quedar sin hambre.
¿Importa lo que se come? Eso se le debe preguntar cada uno al doctor. Lo que importa es que, si no se sufre un poco de hambre, no se está haciendo bien la dieta. Se sabe que el método funciona cuando se siente constantemente un poco de hambre.
Hacer ejercicio
Este paso es fácil. Consiste en ponerse ropa deportiva, atarse los cordones y salir de la casa. Una vez al aire libre, hay que mover el cuerpo hasta estar cansado. Entonces, hay que seguir al menos por 45 minutos más, hasta que se sienta que no se puede más. La rutina debe repetirse a diario.
Caminar está bien si el interés está en mejorar la salud cardiovascular, para evitar la diabetes, etcétera. Pero como lo que interesa aquí es perder peso, es necesario hacer más que caminar. Hay que correr lo más rápido que uno pueda, correr escaleras arriba, tirarse al piso y levantarse rápidamente, una y otra vez. Si no se está boqueando y sudando, no se están haciendo bien los ejercicios.
¿Hace mucho frío? La solución es salir y mover el cuerpo rápido. Levantar cosas pesadas también funciona. Cualquier cosa que parezca que a uno lo puede cansar y hacer sudar, está bien.
¿Cómo ejercitarse cuando se supone que se debe estar constantemente hambriento? La respuesta es una sola: hacerlo. Todos los días.
No desestimar el peso
Este paso es el más psicológico de los tres y también, el más fácil. No requiere de nada, excepto rendirse a las presiones sociales para estar delgado. Pensar en lo mal que uno se siente en traje de baño puede ser un poderoso motivador.
El objetivo final es desarrollar hábitos saludables, como correr o andar en bicicleta, para mantener el estado físico deseado. Mientras tanto, es bueno conseguir un compañero de dieta con el cual juntarse y quejarse profundamente acerca de cuán hambrientos y cansados
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