Tierra fiestera y
religiosa que vibra con este hecho ancestral
CHAYA EN LA RIOJA
Cada
febrero, los riojanos conjugan el antepasado originario y el legado diaguita
por celebrar el éxito en la recolección de frutos, aquellos que la tierra
sabiamente devolvió a manos del agricultor. La Chaya despierta la emoción de cada habitante
cualquiera sea su residencia en tierra federal. Simbiosis del hombre y la
naturaleza que por tres días dedica tributar homenaje a ese hecho ancestral,
sumando el elixir del vino en ese entrevero de aromas de albahaca y harina en
cada topamiento familiar, entre el Compadre y la Cuma, entre vidalitas y
coplas de carnaval. Del 11 al 15 de
febrero, La Rioja te invita a disfrutar esta fiesta nacional.
La Provincia de La
Rioja vive su fiesta folklórica y popular más importante, a
mediados del segundo mes del nuevo año. En los barrios, en los pueblos y en las
calles se mezclan la harina, la albahaca y el vino para celebrar una tradición
ancestral. La historia relata que en valles y quebradas vivían los diaguitas.
Cada año las tribus agradecían a la Pachamama (Madre Tierra, a la que también se
llamaba Allpa Huama), las bondades recibidas y la fructífera cosecha,
principalmente del algarrobo, el árbol más importante de la economía y la
tradición diaguita. Los estudiosos de estas leyendas coinciden en que en una de
estas tribus vivía una bella joven llamada Challai (Chaya), que era tan hermosa
que los diaguitas creían que era un homenaje vivo a la Madre Tierra.
Esta fiesta, como cualquier otra surgida de la tradición ancestral,
tiene un origen y un significado muchas veces distintos, según quién relate
esos hechos.
La hermosa Chaya se enamoró de un joven y rubio colono que pasaba junto
a su familia por estos parajes. Otros aseguran que la bella joven se enamoró de
Pujllay, una especie de semidios. De cualquier manera, el amor entre ellos no
pudo concretarse: por no ser aceptada la niña por la familia del joven colono o
por no ser correspondido el amor de Pujllay por Chaya.
La niña, desengañada, huye a las montañas y toda su tribu sale a
buscarla desesperadamente. Cuando estaban a punto de encontrarla en una
quebrada, Chaya se convirtió en nube y ascendió a los cerros y, cada año en
febrero, vuelve convertida en rocío, para endulzar las flores del cardón, como
una lágrima derramada por su amor perdido. Pujllay, con su corazón partido, se
emborracha y cae en un fogón, donde muere.
Este amor frustrado da el nombre de Chaya a la fiesta que, año a año,
los riojanos recuerdan bajo el aroma de la albahaca y deja como personaje
principal a Pujllay, que en la actualidad se representa con un muñeco desgarbado
(hecho de trapo o ropa en desuso que en ocasiones también le añaden
pirotecnia), que preside la celebración, desde su desentierro al inicio de la Chaya hasta su entierro o
quema, que marca el último día de la fiesta.
Otras voces sobre este antiguo
festejo cuentan que La Chaya
por antonomasia de la provincia de La Rioja, es la fiesta de los tres días", una gran
fiesta de amistad y de alegría, de compartir y dejar a un lado todas las penas.
Al llegar a estas tierras, los españoles se encontraron con una
fiesta singular de agua y danza que celebraban los diaguitas festejando la
finalización de las cosechas, aunque en La Rioja de hoy esté muy ligada al
Carnaval de febrero. Es entonces cuando se realiza el Festival Nacional de la Chaya, además de las típicos
topamientos por los barrios, con agua, harina, albahaca, vino y vidalas para
refrescar la amistad de todos.
Esta simbiosis entre la naturaleza y el hombre -en su esencia
originaria- es nada más ni nada menos la celebración de reúne a familias
íntegras alrededor de mesas servidas del tradicional asado y el buen vino, donde
se olvidan las penas de un año pasado, y del sentido propio de ver a los seres
queridos reunidos a celebrar UNA GRAN
FIESTA DE AMISTAD.
Curiosamente, la fecha del carnaval tiene una relación
directa con la fecha de la
Semana Santa. Martes de carnaval es el día anterior al
Miércoles de Ceniza, y el sábado de carnaval que es cuando se celebra en la
mayoría de las ciudades, es el sábado anterior al Miércoles de Ceniza.
Miércoles de Ceniza es el día de comienzo de la Cuaresma y es 40 días
antes que el Domingo de Ramos que es el domingo anterior al Domingo de
Resurrección, ya en Semana Santa.
El carnaval comenzó a celebrarse a partir
del 1600, mezcla de legado español y el candombe bailado por los esclavos
negros.
La Chaya en los barrios
Los barrios de La Rioja
son el escenario de los topamientos,
una de las esencias de la
Chaya. Los vecinos de
las barriadas más tradicionales organizan este encuentro que se realiza durante
dos fines de semana. Allí, el vino, las empanadas, la harina, la albahaca y la
música popular hacen olvidar las penas y borran los resquemores y las
diferencias entre todos.
El topamiento es el
enfrentamiento amistoso entre los hombres y las mujeres, que al llegar al centro
de la calle se arrojan agua y harina como símbolo de confraternidad. El Cumpa y
la Comadre
son los personajes que comandan la ceremonia chayera, que tiene a un muñeco del
Pujllay presidiendo la fiesta. Durante toda la tarde los vecinos del barrio
bailan al ritmo de grupos folklóricos o de música grabada, en una fiesta que
acaba cuando comienza la noche.
Cada barrio tiene su particular “liturgia” chayera, en la que se
incluyen los topamientos, las fogatas, los juegos con agua y barro, la música
en vivo o el baile al ritmo del cuarteto. Aunque el alcohol, la harina y la
albahaca son el denominador común. El municipio de la Capital lleva adelante
desde hace algunos años el “Febrero Chayero”, con el que se busca premiar el
trabajo y reconocer el amor por esta fiesta que sienten los riojanos. Así, se
premian al mejor topamiento, el mejor Pujllay, la mejor caja chayera, la mejor
comparsa o la mejor vidala compuesta por los propios vecinos.
Chayeros
de pura cepa
Don José Jesús Oyola "Patriarca de la Chaya", como lo
nombraran sus amigos, fue sin duda alguna el principal precursor de este
acontecimiento ancestral, surgido naturalmente no sólo por sus capacidades
innatas, sino porque en todo momento y en toda circunstancia procedía como el
padre que ejerce su autoridad con sencillez y benevolencia.
Compositor, músico, poeta y cantor,
artesano, pintor e investigador folklórico, a quien se lo recuerda como uno de
los mayores folkloristas que ha legado tierra riojana.
De igual manera, Jorge Nicolás
"Quito" Carballo, quien se ganó el título de Chayero Mayor de La
Rioja, dedicó gran parte de su vida al canto y su bombo, además de escribir sus
composiciones, que lo vieron crecer en su carrera artística. La letra de sus
coplas marca un sello de riojanidad en cualquier lugar donde se escuchen.
Jacinto "El Tata" Duarte, seudónimo
en el lenguaje folklórico de paternidad, destacó su vida en el oficio vidalero
y luthier, heredado por sus padres, transformándolo en un legado cultural para
la comunidad provincial.
…“No sé que tiene la chaya, que a mi
pega en el corazón, será que en ellas se mezclan las alegrías con el dolor; No
sé que tiene la chaya, pero al riojano lo hace llorar. Será que corre en sus
venas sangre de uva y algarrobal”…, se escucha de algunos poetas y músicos argentinos.
Cualquier riojano, que
se precie de tal, al escuchar estas semblanzas se le alegra el corazón y la
lejanía comprime el alma, echando andar la memoria de recuerdos de la infancia,
de los aromas de la casa familiar y del deseo de volver a la provincia, y entre
harina y albahaca revivir el carnaval.
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Grilla de Artistas
convocados para este 2016
JUEVES 11/02: Sergio Galleguillo, Nacho y Daniel, Canto 4, Guitarreros y Facundo
Toro.
VIERNES 12/02: Los Huayras, Chaqueño Palavecino, Los Tekis, La Cantada, Amboe
SABADO 13/02: Luciano Pereyra, Los Nocheros, Roxana Carabajal, Los Sachas, Los
Alonsitos
DOMINGO 14/02: Sergio Galleguillo, Los Manseros Santiagueños, Soledad
LUNES 15/02: Auténticos Decadentes, Chipote y artista sorpresa.
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