Hasta el 9 de diciembre se podrá visitar con entrada gratuita en el
Museo Pueyrredón (Rivera Indarte 48) la muestra que propone un viaje escrito y
visual desde el siglo XVIII en el Río de la Platahasta el
convulsionado y lejano Vietnam.
San Isidro
propone un recorrido imperdible por la historia. Hasta el 9 de diciembre se
podrá visitar gratuitamente en
el Museo Pueyrredón (Rivera Indarte 48) un
viaje escrito y visual
desde el siglo XVIII en el Río de la Plata hasta el convulsionado y lejano
Vietnam, dos siglos más tarde, donde el periodista del diarioLa Nación y vecino de San Isidro, Ignacio
Ezcurra, es asesinado ejerciendo su profesión.
“Esta muestra nos entra en el corazón a partir de viajeros europeos del siglo
XVIII que llegaron a estas tierras con diferentes propósitos y necesidades y
nos cuentan un mundo relevante que sigue existiendo porque nos constituye en lo
que somos. Y también lo hace con Ignacio Ezcurra, viajero del siglo XX, que nos
narra un mundo exótico y vuelve a sus pagos, como dice otro cronista de La Nación , Carlos Reymundo Roberts, por la puerta
grande, la de un museo pequeño e inmenso a la vez, que cuenta la historia de
todos los argentinos”, dijo Eleonora Jaureguiberry, subsecretaria general de
Cultura de San Isidro.
Así, la iniciativa de esta Subsecretaría, con la colaboración del diario La Nación y
el auspicio del Grupo Asegurador La Segunda , refleja el
singular encuentro de dos mundos, el Viejo y el Nuevo, plasmado en crónicas
ejercidas con máquinas de escribir y fotográficas, con plumas y pinceles.
Uno de los tesoros de la muestra curada por Jaureguiberry, Patricio
López Méndez y Cecilia Lebrero, también responsable de Documentación y Registro
del museo, son las 29 acuarelas de autor anónimo, cada una con su título, como Modo de Pescar a Caballo, y
detallados epígrafes que registran costumbres rurales de la
época virreinal y se constituyen en la
primera crónica visual y relatada conocida del Río de la Plata. Una serie muy pocas veces exhibida, del coleccionista
Mario López Olaciregui, que entra en diálogo con dos acuarelas del destacado
Prilidiano Pueyrredón, prestadas por el Museo Nacional de Bellas Artes.
“Aunar todos los dispositivos de esta muestra, con sus crónicas en
pinturas, fotos o en la tapa de un diario, y hacerlos dialogar con la muestra
permanente en un recorrido del siglo XVIII al XX fue un enorme desafío
superado, según las primeras impresiones del público que nos está visitando”,
expresó Lebrero.
A su vez se exhiben escenas de la Guerra del Paraguay descriptas en el álbum
del pintor suizo Adolfo Methfessel que dialogan con las láminas del inglés
Emeric Essex Vidal, en su Picturesque
Illustrations of Buenos Aires and Montevideo 1816-1819, unas de las pocas
imágenes que se conservan del Buenos Aires colonial. El recorrido incluye dos
obras del pintor peruano José Gil de Castro: los retratos del Coronel Federico
Bermúdez (cedido por el Museo Histórico Nacional) y de Carmen Zaldívar de
Lynch, que invitan a reflexionar sobre el rol del retrato en tiempos de la Independencia y de un Estado que necesita de la
imagen para reafirmarse.
Los textos a modo de crónica, con o sin intención, aparecen en la carta
que Juan Martín de Pueyrredón, dueño de la
casa, al frente del Ejército del Norte le envió a José Chiclana, del Primer
Triunvirato, relatándole su situación, y en el famoso libro
Cocina Ecléctica, de Juana M. Gorriti (1890), cedido por la Academia Nacional de Letras. Y también en Ezcurra.
En las vitrinas, su celeste Lettera 22 junto a su cámara fotográfica, el
carnet de periodista, un texto escolar titulado Carta a un amigo antes de que
me fusilen, y el icónico y estudiado Reportaje al poder negro (1967) sobre el
conflicto racial en los Estados Unidos. Fotos de sus viajes, sometidas a un
trabajo de recuperación para esta muestra, cuelgan de las paredes y un video
ofrece la mirada que sobre él tienen tres destacados periodistas y escritores,
Jorge Fernández Díaz, Leila Guerrero y Matilde Sánchez.
“Es lindísimo que todo esto ocurra en San Isidro. Estoy muy agradecida
por el entusiasmo y cariño con el que se está llevando a cabo la muestra que refleja la vocación
periodística de mi papá y su mirada candorosa, y a la vez aguerrida y audaz,
que tenía sobre los hechos”, comento Encarnación Ezcurra.
Ezcurra fue el quinto de doce hermanos, estudió periodismo en la Universidad de Missouri, Columbia, comenzó a
trabajar en La Nación en 1962 y en sólo seis años llegó a la
madurez profesional que a otros les puede llevar décadas. A fuerza de
convicción y persistencia fue enviado por el diario a Vietnam, donde murió
asesinado en mayo de1968, a los
28 años, en el convulsionado barrio de Cholon.
“La crónica es un instrumento indeleble, un género universal ejercido
por periodistas, fotógrafos, pintores y espías que implica acercarse y conocer
la realidad con todos sus matices, y darla a conocer. Ignacio dominaba
cabalmente todos los registros de la crónica, con su pluma y sus fotos, de lo
más ligero como un adiestrador de palomas mensajeras a lo más trascendental
como el conflicto racial en Estados Unidos o la Guerra de Vietnam. Como bien lo definió
Manuel Mujica Láinez, un cronista absoluto”, dijo Reymundo Roberts, impulsor de
la muestra.
Viajeros en el tiempo podrá visitarse martes y jueves, de 10:00 a 18:00,
y los fines de semana, de 14:00 a 18:00. Los fines de semana de noviembre a
febrero el museo abre de 15:00 a 19:00. Con entrada gratuita.
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