lunes, 10 de febrero de 2014

historias de San Isidro

La Calabria” de San Isidro

 Un poco de historia

Cuando Juan de Garay fundó Buenos Aires, repartió las tierras de la campaña que rodeaba la ciudad. Hacia el sur, que fue la zona dedicada a la ganadería se la llamó Pago de Magdalena y hacia el norte (reservada para  la agricultura) se la denominó Pago de Monte Grande, estas tierras tenían como objetivo principal el cultivo de trigo para abastecer a los pobladores de Buenos Aires, por ese motivo, también se la conoció como “Tierras de Pan Llevar”.

Las 65 “suertes” o chacras repartidas, hacia el norte, medían entre 300 y 500 yardas de frente y una legua de fondo, a partir de las barrancas. La primera de ellas estaba a continuación de la actual Plaza San Martín, en Retiro.
El actual Partido de San Isidro está construido sobre las “suertes” que iban  desde la número 47 hasta la 63.

El barrio ”La Calabria”  se ha levantado, sobre las chacras o suertes que llevaban los números 57, 58 y 59: la primera, propiedad del criollo Pedro de la Torre (entre las actuales calle Alsina y Don Bosco), la segunda del español Domingo de Arcamendia (entre Don Bosco y O´Higgins) y la tercera correspondía a la única mujer soltera que integró la expedición de Garay, Ana Díaz, (entre O´Higgins y Tomkinson).

Con la creación de la capilla, en honor a San Isidro Labrador (1706), el capitán Domingo de Acassuso adquirió las tierras que pasaban frente al templo que tenían casi una legua de largo y el ancho de las actuales calles Diego Palma, 3 de Febrero y Don Bosco, esas tierras, conocidas como "las Tierras del Santo"  servirían, según el pensamiento de Acassuso, para producir los recursos necesarios con los que se tendría que mantener la capellanía por él erigida.

En su testamento el capitán Acassuso declaraba a esas tierras, inajenables a perpetuidad, reservando tanto la administración de las tierras como el nombramiento de los capellanes exclusivamente por parte de su descendencia y no por la Iglesia.
Su deseo tropezó con distintos inconvenientes, un de ellos fue que la Iglesia tomó al templo para convertirlo en parroquia y otro fue que el 27 de agosto de 1778 falleció dona Lorenza de Acassuso, último descendiente del Capitán Acassuso.
Las Tierras del Santo pasaron al olvido y al no existir administración alguna, las mismas fueron, poco a poco, ocupadas ilegalmente.
Debieron pasar 150 años para que se comenzara a normalizar la situación de dichos terrenos.
El 27 de enero de 1856, se creó la Municipalidad de San Isidro, Fernando Alfaro como Juez de Paz fue la principal autoridad.
Hasta ese momento se había intentado, sin éxito, cobrar un alquiler a los intrusos de las citadas tierras. A partir de allí se recurre a las autoridades provinciales, las que mediante una ley promulgada en 1858 y un arreglo económico, buscan la solución al problema, el que recién en 1885 quedará definido.
Fuera del área urbana, hacia el oeste "las Tierras del Santo, lo mismo que los sectores  aledaños estaban destinadas, principalmente a la explotación agrícola y un poco a la ganadería.
En la zona existían varios tambos desde donde se aprovisionaba de leche a los habitantes del lugar.
 Las Inmigraciones
La llegada masiva de inmigrantes europeos a la Argentina fue la base del desarrollo de distintos lugares de nuestro país. Estas inmigraciones pueden dividirse en dos etapas: hasta 1870, con el arribo de ingleses, franceses y alemanes y la es la que corresponde a los últimos años del siglo IXX y especialmente a los comienzos del siglo XX. Justamente en el primer año de ese siglo, ingresaron al país 52.142 italianos, 20.383 españoles, 3.160 franceses y en menor cantidad, libaneses, rusos, polacos, etc.
Al año siguiente, los italianos serían 60.331 y los españoles 19.010.
Hasta 1958 el porcentaje aproximado de inmigrados indicaba que el 50 % correspondía a italianos, el 30 % a españoles y el porcentaje restante se dividía entre las demás colectividades.
San Isidro recibió parte de ese núcleo, mayoritariamente llegado del sur de Italia, entre ello, un gran número de calabreses. La inmigración española también fue masivamente importante, aunque en menor cantidad que la italiana. A estas dos colectividades se sumaron otras, sin embargo solo citaré la libanesa, por ser ésta juntamente con las dos mencionadas anteriormente, las que tienen sede o representación dentro del barrio “La Calabria”.

Los primeros extranjeros llegados a de San Isidro comenzaron a instalarse en los alrededores del pueblo, que según planos de fines del siglo IXX, se prolongaba desde la calle Alsina hasta Haedo, que aún no tenía nombre y se la conocía como la calle del Cementerio, Don Bosco que en esa época se llamaba Río Bamba y la avenida Centenario que era conocida como Santa Fe. Esta parte del pueblo durante muchos años se la denominó “Villa Acassuso”. Sin embargo la presencia de tantos italianos, sumado al hecho de haberse bautizado con el nombre de Acassuso a la estación del ferrocarril ubicada entre San Isidro y Martínez, hizo que con el tiempo todo el sector ubicado entre Alsina Rolón Tomkinson y Centenario comenzara a conocerse popularmente como “La Calabria” – dentro de sus límites se encuentra el Barrio Obras Sanitarias conocido popularmente como “Las Casitas”. (*)

(*)  Tenía como misión albergar a los obreros de la empresa Obras Sanitarias de la Nación, ubicada frente  a ese barrio y que eran traídos de distintas partes del país para trabajar en su plantas. El barrio tenía un diseño muy particular para la época. Eran viviendas tipo chalet de similares características entre sí. Con el tiempo, el barrio, ha ido perdiendo su naturaleza como consecuencia de las continuas reformas que sus propietarios fueron realizando. 

Límites del Pueblo

El Pueblo de San Isidro comenzó a levantarse sobre lo que se conoció como las Tierras del Santo.
Los primeros límites del pueblo de San Isidro que se conocieron corresponden al año 1886 e indican que por esa época llegaban: al norte hasta la calle Río Bamba (hoy Don Bosco y Primera Junta), al sur Bernabé Márquez, al Oeste costado del Cementerio (1) (actualmente Haedo) y al este hasta el pie de las barrancas.
En 1907 se amplía el límite hasta la que se conocía como calle de la Fábrica de Ladrillos (2), actualmente intendente Tomkinson y  España), al este la estación del Bajo.
El primitivo sector ubicado entre la Avenida Centenario, Don Bosco, Haedo y Alsina fue Villa Acassuso, pero por distintos motivos pasó a formar parte del barrio La Calabria, el principal sería que al inaugurarse la estación Acassuso del FCCA, tomando ese nombre la zona que la rodeaba.
En su Reseña Histórica de San Isidro del año 1906, Adrián Beccar Varela escribió lo siguiente:
“La nueva población ha continuado creciendo hacia el Sur Oeste, formándose el barrio de “la Calabria”, cuya traza moderna y edificación reciente, le ha dado un aspecto de pueblo independiente de San Isidro, de que lo separa, además, la vía del Ferro - Carril Central Argentino.”
En ese sentido, el historiador sanisidrense Jorge Tirigal, escribe en su libro San Isidro a Algo de Nuestro Ayer: “La Calabria; otra ciudad dentro de la gran ciudad sanisidrense”.

(1)    En 1854, se adquiere una fracción de media hectárea, en las afuera del pueblo, par crear un cementerio público (Don Bosco y Haedo).
(2)    Sobre los límites del pueblo de San Isidro se instaló en 1870, la Fábrica Nacional de Gobierno, para la fabricación de ladrillos de máquina, la que ocupaba el área comprendido entre Centenario, Int. Neyer, pasaba la Av. Rolón hasta el barrio La Cava e Intendente Tomkinson.

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