Dicen que el atardecer se pinta de los mejores
colores o que su tranquilidad no conoce los bochinches de los
adolescentes. Dicen que allí las flores huelen más intensas o que el
cielo se abre a una infinidad de estrellas. Lo cierto es que nadie tiene
una definición exacta para saber qué hace de ese lugar un sitio
romántico. Es esa magia inexplicable.
Un paseo en las lanchitas del Parque Rodó puede no
tener la mística de las góndolas de Venecia, como un beso bajo el
Obelisco no se compara con repetir la escena en la Torre Eiffel. Aun
así, Uruguay guarda esos rincones ideales para un fin de semana en
pareja. Y los hay para todos los gustos y bolsillos.
Así como Atlántida fue musa de los versos de Pablo
Neruda y Marindia excusa para que Fernando Cabrera escribiera una
canción, quienes optan por los paisajes agrestes y serranos tienen como
ícono a Villa Serrana. Este pequeño poblado de unos 70 habitantes
estables encanta por el contacto con la naturaleza, el paisaje, la calma
y sus pocas construcciones al estilo europeo de mediados del siglo
pasado.
El arquitecto Julio Vilamajó construyó allí el
Ventorrillo de la Buena Vista, un paraje sobre uno de los cerros que
permite una excelente vista panorámica. Las cabalgatas o los momentos
escuchando el sonido del embalse del arroyo Marmarajá son otros de los
atractivos. Pero así como se puede disfrutar de la quietud, bien vale la
pena animarse a largas caminatas. Contemplar luego la estufa encendida
en invierno o refrescarse en alguna de las olas naturales en verano
aplacará cualquier indicio de cansancio.
Siguiendo con los sitios en donde la naturaleza crea la
atmósfera perfecta para la pareja, sobre el litoral hay una pequeña
isla ideal para acampar. Se trata de la Isla del Puerto, también
conocida como Hum (nombre que los indígenas le daban al Río Negro). Está
ubicada frente a la ciudad de Mercedes, a unos 100 metros agua adentro.
Un angosto puente, en el que el tránsito es solo posible en una
dirección, la une a la masa terrestre.
Una vez instalados sobre la isla, el disfrute lo
brindan los arenales (tiene incluso una pequeña playa) y la vista de los
recodos del río. La infraestructura es discreta y quizás ahí radica
parte del encanto. Hay unos parrilleros que sirven para sorprender a la
pareja con un rico almuerzo o bien para armar un fueguito nocturno.
Para quienes están con transporte propio vale la pena
animarse a hacer 40 kilómetros más para llegar al balneario Las Cañas,
la principal playa de agua dulce del país. Es una zona poblada, con
bosques naturales y con infraestructura hotelera y gastronómica.
Eso sí, si la playa es la preferencia y sobre todo el
contemplar los amaneceres, conviene rumbear al Este. Entre La Pedrera y
Santa Isabel está Punta Rubia. Este balneario que tiene unos dos
kilómetros de arena y se dice que allí se ven por las noches "las
mejores estrellas".
Lo cierto es que este lugar es parte del turismo
místico y los propios pobladores se encargan de narrar varias leyendas
que se suscitaron en esas tierras. Algunos de los legados milenarios se
encuentran recorriendo el Valle de la Luna (un conjunto de rocas
erosionadas con el paso del tiempo). En esas cárcavas se ha visto a
varias parejas prometerse amor eterno o a más de uno ofrecer casamiento
sentado en la piedra con forma más romántica posible.
Pero no hace falta irse a parajes despoblados para
encontrar la magia del romance. En las ciudades también hay respiros del
asfalto que son propicios para las caminatas y los abrazos. Colonia del
Sacramento (ver recuadro) es ya un clásico. Y también Montevideo tiene
varios espacios: uno típico es el Rosedal.
Con más de un siglo de historia, este parque en el
corazón del Prado presenta el estilo de los paisajes franceses. Y, como
lo dice su nombre, las flores (ícono del amor) son la vedette del lugar.
Si bien en cada época del año se aprecian colores distintos, en
primavera es cuando los árboles lucen sus mejores trajes naturales. El
resto corre por cuenta de la pareja.
Un suspiro en el OESTE
Como pasa con todas las leyendas nunca se conoce su
origen. Qué motivó a nominar la Calle de los Suspiros, un ícono
romántico en Colonia del Sacramento, es un misterio. Hay quienes
atribuyen la designación a que en esta pendiente de adoquines que
conducen hacia el río, cuando sopla mucho viento se escucha un silbido
especial. Otros dicen que por allí llevaban a los presos previo al
fusilamiento o bien que era el paraje de las prostitutas.
Con fecha de vencimiento
La infraestructura en varios de los sitios
románticos del país no permite quedarse a vivir. Son lugares de paso,
con poca población estable y escasos servicios. Pero así como el
Romanticismo es una parte en la historia, también se dice que el romance
es una cuestión efímera. Al menos así lo entiende la Real Academia
Española que define al término como una "relación amorosa pasajera".
ISLA DEL PUERTO
Ubicación: Sobre el Río Negro, unida a Mercedes por un puente, Soriano.
Perfil: Tiene el encanto de toda isla y una
playa tranquila sobre el río. Relucen los pinos y eucaliptos. Cuenta con
servicio de camping y parrilleros para hacer un rico asado. El predio
es público por lo que suele concurrir unas 5.000 personas los fines de
semana de sol. Se recomienda navegar el río con el catamarán para ver
los recodos y las aves.
PUNTA RUBIA
Ubicación: Kilómetro 230 de la ruta 10, Rocha.
Perfil: Son dos kilómetros de playa oceánica y
uno de los puntos íconos de la pesca deportiva. Hay un cúmulo de rocas
erosionadas por el viento y el agua, conocido como Valle de la Luna, que
es parte de los senderos místicos. Los lugareños destacan la apertura
del cielo para ver las estrellas y la Luna llena en las noches, y las
salidas del sol por las mañanas.
EL ROSEDAL
Ubicación: Lucas Obes y avenida Agraciada, Prado, Montevideo.
Perfil: Cuenta con más de 30 mil especies
diferentes de rosas que dan nombre al lugar. La vegetación se sostiene
entre cúpulas, columnas, pérgolas y una fuente que hacen, de este, un
auténtico paisaje francés. Estas flores son símbolo del amor hace años y
se dice que los jardines colgantes de Babilonia ya contaban con este
tipo de follaje.
VILLA SERRANA
Ubicación: Kilómetro 145 de la ruta 8, Lavalleja.
Perfil: Es una zona de valles, arroyos y
cascadas en medio de las sierras. En su límite Norte tiene el famoso
Salto del Penitente, un lugar ideal para el deporte aventura y el
disfrute de la naturaleza. Hay pocas construcciones y en su mayoría son
de estilo europeo. Allí Julio Vilamajó construyó el Ventorrillo de la
Buena Vista, sobre la ladera del cerro Guazubirá.
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