Se dan en el Campo de Deportes Municipal Nº4 (Córdoba 2045,
Martínez). Esta disciplina milenaria trabaja el cuerpo, la mente y el alma.
Además, sirve para bajar de peso, mejorar la elongación y reducir el estrés.
(San
Isidro, 23 de agosto de 2013). Cinco
mujeres sobre sus colchonetas, ordenadas una al lado de la otra, seguían a Luz,
la profesora de yoga que les indicaba cuál era la siguiente postura. Con música
instrumental de fondo, les enseñaba algunas técnicas de elongación como la pose
del Cangrejo Aéreo, la Pinza
y el Saludo al Sol.
Se
trata de una de las clases de yoga que se da los martes y jueves, de 15.30 a 16.30, en el Campo
de Deportes Municipal Nº 4 de Martínez.
El
yoga es una práctica milenaria en la que se trabaja el físico, la mente y el
espíritu. La profesora María Luz Etchehón señaló que “el objetivo es encontrar
una armonía entre el cuerpo y el alma”.
“Sirve
para cortar el ritmo acelerado en el que vivimos, tranquilizarnos y tener más
armas de defensa contra el estrés”, afirmó Luz con una sonrisa. Agregó que
también ayuda a corregir algunos desequilibrios que causan molestias como
dolores de espalda y cabeza, asma o insomnio.
Son
muchos los beneficios que genera practicar yoga como, por ejemplo, perder peso,
controlar la ira y estabilizar el ritmo respiratorio. Además, fortalece los músculos y huesos,
mejora la movilidad articular, retrasa el envejecimiento, da flexibilidad y
equilibrio, beneficia el sistema circulatorio, endócrino, digestivo y
respiratorio.
Durante la clase, Luz arqueó la
espalda y, todavía de pie, bajó lentamente los brazos y el pecho hasta que
apoyó la frente en la colchoneta. Sus alumnas la copiaron. “Estírense hasta donde
puedan, no importa si no llegan al piso, pero alcancen la mejor postura que su
cuerpo les dé”, las incentivó.
Cualquiera puede acercarse al Campo
Nº 4 a
hacer yoga: hombres, mujeres, chicos y grandes. No es necesario ser delgado,
deportista o tener buena elongación. “La flexibilidad se mejora
con las clases, sólo hay que animarse”, aseguró la profesora.
El
ejemplo de que la elongación no importa es Liliana Trotta, que vive en Martínez
y también hace aquagym y zumba en este Campo de Deportes: ella misma afirmó que
desde que empezó mejoró la postura general del cuerpo y el ritmo de la
respiración, “lo que me ayuda a estar más relajada; toma tiempo pero al final
los beneficios se notan”.
Esta
disciplina disminuye el estrés y la agresividad, favorece la concentración, la
capacidad de razonamiento, levanta el ánimo e incentiva a tener un pensamiento
positivo. Por eso, la profesora explicó que en las clases trabajan para
“aquietar la mente, bajar un cambio y disfrutar el presente”.
Eso
le pasó a Mónica Cisneros, de Villa Adelina, que notó cambios en su postura
física y que, de a poco, se fue relajando y liberando de los problemas
cotidianos. “En cualquier momento y lugar pueden practicarse los ejercicios de
respiración y relajación para aflojar todo el cuerpo”, afirmó.
La
inscripción está abierta y para participar hay que pagar un bono contribución
de $45.