Inauguración: jueves 30 de octubre, 19:00
Curadores: Mari Carmen Ramírez y Marcelo E. Pacheco
PRESENTACIÓN DE LA EXPOSICIÓN Y EL CATÁLOGO 
Jueves 30 de octubre, 17:30. Auditorio. 
Participan: 
Mari Carmen Ramírez, Andrea Giunta, Guillermo David, Mike Wellen y 
Victoria Giraudo. Por favor confirmar asistencia a prensa@malba.org.ar 
El jueves 30 de octubre MALBA inaugura Antonio Berni: Juanito y Ramona,
 la primera exposición de Antonio Berni (Rosario, 1905 - Buenos Aires, 
1981) que presenta en forma exhaustiva sus célebres series de Juanito 
Laguna y Ramona Montiel e incluye a los Monstruos de sus pesadillas.
Producida
 en forma conjunta por MALBA y el Museum of Fine Arts, Houston (MFAH) 
–como parte del acuerdo de colaboración que ambas instituciones 
mantienen desde 2005–, la muestra reúne un conjunto de 150 obras 
(pinturas bidimensionales, grabados, xilocollages y 
xilocollage-relieves, ensamblajes y construcciones polimatéricas), 
creadas entre 1958 y 1978, cedidas por la familia del artista y por 
veinticinco colecciones públicas y privadas de Argentina, Uruguay, 
Estados Unidos, España y Bélgica.
Por
 primera vez se exhiben en nuestro país piezas prácticamente 
desconocidas como el conjunto de obras provenientes de Bélgica, 
compuesto por ensamblajes de gran tamaño como Ramona bebé (1962), La apoteosis de Ramona (1971) y La familia de Juanito emigra (1972). También se presentan obras emblemáticas de carácter monumental como El mundo prometido a Juanito Laguna (1962) –una de las grandes obras maestras de este período, de la colección de Cancillería Argentina–; Juanito aprende a leer (1961) y Pesadilla de los injustos (1961) –ambas del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires-; Juanito lleva la comida a su padre peón metalúrgico (1961) del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires; Juanito va a la ciudad (1963) de la colección del MFAH; La gran tentación (1962) de la colección de MALBA y La pampa tormentosa (1963), entre otras.
Se
 destaca además el conjunto de cinco grabados sobre Juanito Laguna 
–préstamo de la colección del Museo Castagnino+macro de Rosario–, que 
Berni presentó por primera vez en 1962 en la Bienal de Venecia y por el 
que obtuvo el Gran Premio Internacional de grabado y dibujo.
Antonio Berni: Juanito y Ramona
 intenta situar a Berni en su contexto internacional, destacando la 
diversidad y multiplicidad de su producción artística, fruto de una 
constante búsqueda por expandir las preocupaciones centrales de los 
movimientos artísticos de la posguerra. En palabras de Mari Carmen 
Ramírez: “Berni
 es uno de los grandes maestros y pioneros del ensamblaje y al mismo 
tiempo uno de los grandes exponentes de la pintura narrativa. La 
importancia de las series de Juanito y Ramona radica en el modo en que 
Berni utilizó este nuevo medio para enfrentar las circunstancias 
sociales de su tiempo. Sus
 grandes ensamblajes, objetos polimatéricos y xylo-collage-relieves 
constituyen una de las propuestas artísticas más innovadoras al arte del
 siglo XX”.
Activo desde 
fines de los años 20, Berni desarrolló una larga y prolífica carrera 
marcada siempre por su visión social y política de izquierda, que abarcó
 diversas variantes del surrealismo y del realismo, como el que él mismo
 acuñó, a mediados de los años 30, bajo el nombre de “Nuevo Realismo”. A
 fines de los años 50, cuando ya gozaba de gran reconocimiento en la 
escena local con importantes vínculos intelectuales en París, Berni dio 
un giro radical a su concepción del arte que lo posicionó como un 
artista de pensamiento contemporáneo. “Este
 realismo, actuando dialécticamente, encontró en el ciclo de Juanito 
Laguna y Ramona Montiel su campo más provocativo. El uso del collage y 
el ensamblado puso en juego el problema de lo `real real´ y fortaleció 
las conexiones subyacentes de la actividad social que se oculta en el 
mundo concreto de los objetos”, reflexiona Marcelo Pacheco en el ensayo del catálogo.
La
 exposición se centra en este período singular e innovador de la 
producción de Berni, en el que narra la vida y las andanzas de dos 
personajes ficticios, el chico de la villa miseria y la prostituta, como arquetipos de una realidad social posindustrial, en la periferia de la ciudad de Buenos Aires, pero que podrían haber surgido de cualquier gran urbe latinoamericana.
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