La Noche de Brujas o Halloween es una fiesta que se celebra 
principalmente en Estados Unidos, norte de México, y algunas provincias 
de Canadá en la noche del 31 de octubre. 
Tiene origen en la festividad celta del Samhain y la festividad cristiana del Día de todos los santos. 
En gran parte, es una celebración secular aunque algunos consideran que posee un trasfondo religioso. 
Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición a 
América del Norte durante la Gran hambruna irlandesa de 1840. 
Se celebraba en los países anglosajones, principalmente en Canadá, 
Estados Unidos, Irlanda y el Reino Unido. La fuerza expansiva 
colonizadora de la cultura de EE. UU. ha hecho que Halloween se haya 
popularizado también en otros países occidentales. 
El día se asocia a menudo con los colores naranja y negro y las 
actividades típicas de Halloween son el famoso truco o trato y las 
fiestas de disfraces, además de las hogueras, la visita de casas 
encantadas, las bromas, la lectura historias de miedo y el visionado 
películas de terror. 
La festividad llega a Estados Unidos en 1840 y queda fuertemente 
arraigada. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la 
tradición durante la Gran hambruna irlandesa. Fueron ellos quienes 
difundieron la costumbre de tallar los “Jack-o'-lantern” (calabaza 
gigante hueca con una vela dentro), inspirada en la leyenda de “Jack el 
Tacaño”. 
Sin embargo, la fiesta no comenzó a celebrarse masivamente hasta 1921. 
Ese año se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota y luego 
le siguieron otros estados. La fiesta adquirió una progresiva 
popularidad en las siguientes décadas. 
La internacionalización del Halloween se produjo a finales de los años 
70 y principios de los 80 gracias al cine y a las series de televisión. 
En 1978, se estrenaba en EEUU y en el mundo entero La Noche de 
Halloween, de John Carpenter; una película ambientada en la víspera de 
Todos los Santos que supuso una referencia para el cine de terror de 
serie B; con innumerables secuelas e imitaciones. 
Hoy en día Halloween es una de las fechas más importantes del calendario
 festivo estadounidense y canadiense. Algunos países latinoamericanos, 
conociendo aún esta festividad, tienen sus propias tradiciones y 
celebraciones ese mismo día, aunque coinciden en cuanto a su 
significado: la unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el 
reino de los muertos. 
En Europa son muchas las ciudades en las que los jóvenes han decidido 
importar el modo con el que Estados Unidos concibe Halloween 
celebrándolo con fiestas y disfraces. Aunque en algunos lugares, como 
Inglaterra, la fiesta original ha arraigado de nuevo. 
El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en 
cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad 
engendrada en el cine estadounidense. La imagen de niños norteamericanos
 correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y 
demonios, pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de un oscuro y 
tranquilo barrio, ha quedado grabada en la mente de muchas personas. 
Originalmente el Truco o trato (en inglés “Trick-or-treat”) era una 
leyenda popular de origen céltico según la cual no solo los espíritus de
 los difuntos eran libres de vagar por la Tierra la noche de Halloween, 
sino toda clase de entes procedentes de todos los reinos espirituales. 
Entre ellos había uno terriblemente malévolo que deambulaba por pueblos y
 aldeas, yendo de casa en casa pidiendo precisamente “truco o trato”. 
La leyenda asegura que lo mejor era hacer trato, sin importar el costo 
que éste tuviera, pues de no pactar con este espíritu (que recibiría el 
nombre de Jack O'Lantern, con el que se conocen a las tradicionales 
calabazas de Halloween) él usaría sus poderes para hacer “truco”, que 
consistiría en maldecir la casa y a sus habitantes, dándoles toda clase 
de infortunios y maldiciones como enfermar a la familia, matar al ganado
 con pestes o hasta quemar la propia vivienda. 
Como protección surgió la idea de crear en las calabazas formas 
horrendas, para así evitar encontrarse con dicho espectro (y con el 
tiempo, debido a la asociación mental entre el espíritu y las calabazas,
 el nombre de este sería dado a ellas, que es como son conocidas hoy día
 cuando llega esta fiesta). 
Realmente, aunque se ha generalizado la traducción “truco” en castellano
 por el inglés “trick” y “trato” literalmente por “treat”, en el caso 
del “Trick-or-treating” no se trata de un truco propiamente dicho sino 
más bien de un susto o una broma por lo que una traducción más exacta 
sería por ejemplo “dulce o susto”. 
En la actualidad, los niños se disfrazan para la ocasión y pasean por 
las calles pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar a la 
puerta los niños pronuncian la frase “truco o trato”, “truco o dulce” o 
“travesura o dulce” (proveniente de la expresión inglesa trick or 
treat). Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo 
de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el 
contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma, siendo 
la más común arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta.       
                         
                          

 
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