jueves, 4 de febrero de 2016

CHAYA EN LA RIOJA

Tierra fiestera y religiosa que vibra con este hecho ancestral

CHAYA EN LA RIOJA

Cada febrero, los riojanos conjugan el antepasado originario y el legado diaguita por celebrar el éxito en la recolección de frutos, aquellos que la tierra sabiamente devolvió a manos del agricultor. La Chaya despierta la emoción de cada habitante cualquiera sea su residencia en tierra federal. Simbiosis del hombre y la naturaleza que por tres días dedica tributar homenaje a ese hecho ancestral, sumando el elixir del vino en ese entrevero de aromas de albahaca y harina en cada topamiento familiar, entre el Compadre y la Cuma, entre vidalitas y coplas de carnaval.  Del 11 al 15 de febrero, La Rioja te invita a disfrutar esta fiesta nacional.

La Provincia de La Rioja vive su fiesta folklórica y popular más importante, a mediados del segundo mes del nuevo año. En los barrios, en los pueblos y en las calles se mezclan la harina, la albahaca y el vino para celebrar una tradición ancestral. La historia relata que en valles y quebradas vivían los diaguitas. Cada año las tribus agradecían a la Pachamama (Madre Tierra, a la que también se llamaba Allpa Huama), las bondades recibidas y la fructífera cosecha, principalmente del algarrobo, el árbol más importante de la economía y la tradición diaguita. Los estudiosos de estas leyendas coinciden en que en una de estas tribus vivía una bella joven llamada Challai (Chaya), que era tan hermosa que los diaguitas creían que era un homenaje vivo a la Madre Tierra.

Esta fiesta, como cualquier otra surgida de la tradición ancestral, tiene un origen y un significado muchas veces distintos, según quién relate esos hechos.
La hermosa Chaya se enamoró de un joven y rubio colono que pasaba junto a su familia por estos parajes. Otros aseguran que la bella joven se enamoró de Pujllay, una especie de semidios. De cualquier manera, el amor entre ellos no pudo concretarse: por no ser aceptada la niña por la familia del joven colono o por no ser correspondido el amor de Pujllay por Chaya.

La niña, desengañada, huye a las montañas y toda su tribu sale a buscarla desesperadamente. Cuando estaban a punto de encontrarla en una quebrada, Chaya se convirtió en nube y ascendió a los cerros y, cada año en febrero, vuelve convertida en rocío, para endulzar las flores del cardón, como una lágrima derramada por su amor perdido. Pujllay, con su corazón partido, se emborracha y cae en un fogón, donde muere.

Este amor frustrado da el nombre de Chaya a la fiesta que, año a año, los riojanos recuerdan bajo el aroma de la albahaca y deja como personaje principal a Pujllay, que en la actualidad se representa con un muñeco desgarbado (hecho de trapo o ropa en desuso que en ocasiones también le añaden pirotecnia), que preside la celebración, desde su desentierro al inicio de la Chaya hasta su entierro o quema, que marca el último día de la fiesta.
Otras voces sobre este antiguo festejo cuentan que La Chaya por antonomasia de la provincia de La Rioja, es la fiesta de los tres días", una gran fiesta de amistad y de alegría, de compartir y dejar a un lado todas las penas.
Al llegar a estas tierras, los españoles se encontraron con una fiesta singular de agua y danza que celebraban los diaguitas festejando la finalización de las cosechas, aunque en La Rioja de hoy esté muy ligada al Carnaval de febrero. Es entonces cuando se realiza el Festival Nacional de la Chaya, además de las típicos topamientos por los barrios, con agua, harina, albahaca, vino y vidalas para refrescar la amistad de todos.
Esta simbiosis entre la naturaleza y el hombre -en su esencia originaria- es nada más ni nada menos la celebración de reúne a familias íntegras alrededor de mesas servidas del tradicional asado y el buen vino, donde se olvidan las penas de un año pasado, y del sentido propio de ver a los seres queridos reunidos a celebrar UNA GRAN FIESTA DE AMISTAD.
Curiosamente, la fecha del carnaval tiene una relación directa con la fecha de la Semana Santa. Martes de carnaval es el día anterior al Miércoles de Ceniza, y el sábado de carnaval que es cuando se celebra en la mayoría de las ciudades, es el sábado anterior al Miércoles de Ceniza. Miércoles de Ceniza es el día de comienzo de la Cuaresma y es 40 días antes que el Domingo de Ramos que es el domingo anterior al Domingo de Resurrección, ya en Semana Santa. 
El carnaval comenzó a celebrarse a partir del 1600, mezcla de legado español y el candombe bailado por los esclavos negros.

La Chaya en los barrios
Los barrios de La Rioja son el escenario de los topamientos, una de las esencias de la Chaya.  Los vecinos de las barriadas más tradicionales organizan este encuentro que se realiza durante dos fines de semana. Allí, el vino, las empanadas, la harina, la albahaca y la música popular hacen olvidar las penas y borran los resquemores y las diferencias entre todos.

El topamiento es el enfrentamiento amistoso entre los hombres y las mujeres, que al llegar al centro de la calle se arrojan agua y harina como símbolo de confraternidad. El Cumpa y la Comadre son los personajes que comandan la ceremonia chayera, que tiene a un muñeco del Pujllay presidiendo la fiesta. Durante toda la tarde los vecinos del barrio bailan al ritmo de grupos folklóricos o de música grabada, en una fiesta que acaba cuando comienza la noche.

Cada barrio tiene su particular “liturgia” chayera, en la que se incluyen los topamientos, las fogatas, los juegos con agua y barro, la música en vivo o el baile al ritmo del cuarteto. Aunque el alcohol, la harina y la albahaca son el denominador común. El municipio de la Capital lleva adelante desde hace algunos años el “Febrero Chayero”, con el que se busca premiar el trabajo y reconocer el amor por esta fiesta que sienten los riojanos. Así, se premian al mejor topamiento, el mejor Pujllay, la mejor caja chayera, la mejor comparsa o la mejor vidala compuesta por los propios vecinos.

Chayeros de pura cepa
Don José Jesús Oyola "Patriarca de la Chaya", como lo nombraran sus amigos, fue sin duda alguna el principal precursor de este acontecimiento ancestral, surgido naturalmente no sólo por sus capacidades innatas, sino porque en todo momento y en toda circunstancia procedía como el padre que ejerce su autoridad con sencillez y benevolencia.

Compositor, músico, poeta y cantor, artesano, pintor e investigador folklórico, a quien se lo recuerda como uno de los mayores folkloristas que ha legado tierra riojana.

De igual manera, Jorge Nicolás "Quito" Carballo, quien se ganó el título de Chayero Mayor de La Rioja, dedicó gran parte de su vida al canto y su bombo, además de escribir sus composiciones, que lo vieron crecer en su carrera artística. La letra de sus coplas marca un sello de riojanidad en cualquier lugar donde se escuchen.

Jacinto "El Tata" Duarte, seudónimo en el lenguaje folklórico de paternidad, destacó su vida en el oficio vidalero y luthier, heredado por sus padres, transformándolo en un legado cultural para la comunidad provincial.

…“No sé que tiene la chaya, que a mi pega en el corazón, será que en ellas se mezclan las alegrías con el dolor; No sé que tiene la chaya, pero al riojano lo hace llorar. Será que corre en sus venas sangre de uva y algarrobal”…, se escucha de algunos poetas y músicos argentinos.

Cualquier riojano, que se precie de tal, al escuchar estas semblanzas se le alegra el corazón y la lejanía comprime el alma, echando andar la memoria de recuerdos de la infancia, de los aromas de la casa familiar y del deseo de volver a la provincia, y entre harina y albahaca revivir el carnaval.

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Grilla de Artistas convocados para este 2016

JUEVES 11/02: Sergio Galleguillo, Nacho y Daniel, Canto 4, Guitarreros y Facundo Toro.

VIERNES 12/02: Los Huayras, Chaqueño Palavecino, Los Tekis, La Cantada, Amboe

SABADO 13/02: Luciano Pereyra, Los Nocheros, Roxana Carabajal, Los Sachas, Los Alonsitos

DOMINGO 14/02: Sergio Galleguillo, Los Manseros Santiagueños, Soledad

LUNES 15/02: Auténticos Decadentes, Chipote y artista sorpresa.​

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