miércoles, 24 de mayo de 2017

LA ALEGRIA, de Ignacio Apolo. Una acida mirada sobre el discurso de la felicidad

La Alegría
Dramaturgia y Dirección Ignacio Apolo
¿Puede uno estar alegre sabiendo de la existencia del envejecimiento, de la enfermedad, de la muerte? Hay una alegría que niega todo esto y que, bailando contra ellos, tapa el dolor, tapa la angustia, tapa la desazón, la pobreza, la violencia, hasta la muerte. 
Una ácida reflexión sobre uno de los slogans principales del neoliberalismo vernáculo. Una filosa crítica a la falsa alegría que se nos impone globalmente como condición y producto de la actual fase del capitalismo financiero-tecnológico y su sociedad de consumo. Una sociedad que valora el éxito, la hiperactividad, la juventud, la fiesta disciplinada, la emoción medicalizada y el individualismo, y cuyo punto máximo es la alegría “de diseño”, que prontamente se convertirá en una aplicación... Bienvenidos a la Revolución de la Alegría.
Funciones: jueves a las 21 hs Teatro: El EXtranjero
Dirección: Valentín Gómez 3378
 (mapa)
Informes: 4862-7400
Mail: 
elextranjero@elextranjeroteatro.com
Entradas: $200 / Estud. y Jub $150
                  Club la Nación: 2 por $200 (2x1)
Duración de la obra: 80 Minutos

Sinopsis
A raíz del accidente que una madre tuvo con la moto, los hijos regresan al pueblo y conocen a su nuevo novio. Pasado, presente y futuro desbordan y estallan en conflicto, pero la “alegría” impuesta por el consumo, la política y la tecnología desplaza toda otra emoción y triunfa como modelo, con consecuencias nefastas.
Ficha artístico técnica:
Autoría: Ignacio Apolo
Actúan: Matias Alarcon, Lucas Barca, Rosario Ruete, Andrea Strenitz, Martina Viglietti
Escenografía: Félix Padrón / Diseño de luces: Félix Padrón / Diseño sonoro: Daniel Quintas / Diseño gráfico: Belén Garófalo / Asistencia de dirección: Julia Lucesole
Producción: Martina Viglietti / Coreografía: Rosario Ruete / Coaching actoral: Malena Bernardi / Dirección: Ignacio Apolo

La revolución de la alegría 
El neoliberalismo arrasa; se trata de un dato insoslayable, a escala regional y planetaria. Partiendo del análisis social y político de su auge y vigencia, y en particular de sus consecuentes conductas sociales, tomamos el concepto de “alegría” como modelo de acción dominante: la alegría es el “imperativo” contemporáneo a la hora de enfrentar la vida (y de ocultar la muerte). Por supuesto, se trata de una falsa alegría, una alegría desplazada que se impone globalmente como condición y producto de la actual fase del capitalismo financiero-tecnológico y su sociedad de consumo, una sociedad que valora el éxito, la hiperactividad, la juventud, la fiesta disciplinada, la emoción medicalizada y el individualismo, cuyo punto máximo es la alegría “de diseño”, que prontamente se convertirá en una aplicación.
Este análisis de la sociedad global puede ejemplificarse en nuestro país con el triunfo de la Revolución de la Alegría, que impuso una política que intenta esconderse de sí misma, buscando una especie de engañoso estado de “transparencia” que logre quitar la responsabilidad de los funcionarios políticos en las decisiones que toman: el ideal del Gobierno de la Alegría es una App que funcionará a través de los algoritmos místicos (por inaccesibles) en una alegre red social del entusiasmo, donde falsamente estaremos todos juntos. El texto de la obra surge de un trabajo de escritura coordinado por Ignacio Apolo en conjunto con los actores, partiendo de relatos personales “desplazados”. Allí radica el modo de acción de La Alegría: ésta se estructura a través de patrones de desplazamiento, dentro de los cuales los personajes pueden correrse de su unidad y su identidad, los objetos que son en sí mismos lo que representan también pueden funcionar para otra cosa, el espacio puede ser múltiple y la realidad una conjetura.

DIJO LA PRENSA
“El mantra de la autoayuda de "escuchar al cuerpo" es literal en estos personajes. De repente, partes de su anatomía emiten canciones pop, lo que trae a escena coreografías que suspenden la angustia. De Pharrell Williams a Violetta, la música despliega una posibilidad de plenitud que la familia no tiene en otra parte. La lectura más evidente de esto es la cínica: pensar que hay un sistema que hace mover a estos seres, una crítica a las promesas de felicidad del capitalismo y la política nacional. Pero existe también, al menos, otra forma de leer la puesta. Permite fantasear con que hay algún tipo de iluminación cierta en esas consignas cursis porque, si la felicidad no es un bien perdurable, siempre queda la posibilidad de vivir la intensidad de un instante, un baile que es verdadero, al menos mientras sucede”.

“Lo más atractivo de La alegría, obra escrita y dirigida por Ignacio Apolo, es el hecho de que escapa a cualquier encasillamiento. Mediante un humor con mucha ironía y elementos sorpresivos, más cercanos a una comedia farsesca “vintage” que al absurdo, Apolo pone en escena a algunos actores relegados en la política actual, protagonistas del pasado reciente, y los enmascara en el seno de una familia de un pueblo chico con códigos de las grandes ciudades”. 

“La familia y sus disfunciones, la familia y una clase social, la clase media, con su manera de ver y sentir; la política más contemporánea como contexto de una problemática centrada en el pequeño universo de una familia. Una dramaturgia que vuelve su mirada a la clase a la que pertenece y una vez más, ahora en viso de comedia, se toma el pelo a sí misma, en una crítica que contiene dolor y empatía”. 

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